Una asociación de taxistas con sede en Barcelona anunció el jueves que presentaría una demanda contra los servicios de transporte de pasajeros Uber y Cabify por fraude y otras infracciones.
En total, el grupo Elite Taxi, que representa a 2.000 conductores, contará con 11 empresas y 15 particulares, así como con la estadounidense Uber y la española Cabify, según Alberto Álvarez, portavoz de la asociación.
La denuncia, que se presentará en Madrid la semana que viene, no es más que el último intento de los taxistas registrados en varios países de impedir que los clientes potenciales utilicen los nuevos servicios, menos regulados, que, en su opinión, proporcionan una competencia desleal.
Las acusaciones incluirán el fraude, pero también el blanqueo de dinero, las infracciones fiscales y la vulneración de los derechos de los trabajadores.
Las compañías de viajes compartidos sostienen que los conductores son capaces de prosperar y mantener la flexibilidad laboral, y que su modelo de negocio no funcionaría si se tratara a los conductores como empleados asalariados.
A finales de 2017, la asociación Elite Taxi obtuvo una victoria judicial cuando el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas dictaminó que Uber es una empresa de transporte ordinario en lugar de una simple aplicación en línea y debe ser regulada como tal.
El año pasado, los taxistas españoles se declararon en huelga durante varios días, pidiendo a las autoridades que restringieran las actividades de los operadores de taxis.
En varias ciudades españolas, incluidas Valencia y Barcelona, se han adoptado nuevas normas, entre las que se incluye la obligación de que los clientes de los servicios de transporte por carretera reserven un viaje con al menos 15 minutos de antelación.
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