Si bien toda medicina debe ser recetada por un médico, existen algunos productos de venta libre que no pueden faltar en casa, sobre todo si hay niños porque sirven para socorrer a amigos, vecinos, a los propios hijos y a las personas cercanas en momentos de emergencia y antes de llegar a un puesto sanitario.
Lactobacilos
Al comprar gastrus en la farmacia online se están adquiriendo las llamadas bacterias “buenas” para el organismo.
Ejemplo de estas son las L. acidophilus que ayudan a procesar los alimentos durante la digestión para absorber los nutrientes presentes en ellos.
También sirven para combatir los organismos o bacterias “malas” que pueden ocasionar diversas enfermedades. Estos se encuentran en comidas fermentadas como el pan, el queso o el yogur, pero viene en suplementos probióticos.
Los lactobacilos contribuyen con las defensas naturales del organismo para evitar que los agentes patógenos se desarrollen. Estos tienen la particularidad de adherirse a las paredes intestinales e impiden el desarrollo de bacterias dañinas. Son especialmente útiles para recomponer la flora intestinal y acabar con las diarreas.
Analgésicos
Los analgésicos son medicamentos (algunos de prescripción libre y otros regulados) que aminoran o curan dolores de cabeza como migrañas o jaquecas, afecciones musculares, dolores artríticos o muchos otros.
Existen muchas variedades distintas de analgésicos. Cada uno de ellos está pensado o compuesto por agentes que combaten determinados dolores.
Todos poseen ventajas y riesgos. Sin embargo, conviene tener en casa aspirinas, ibuprofeno, paracetamol o diclofenac por si se presenta un dolor de improvisto. Eso sí, es solo para emergencias y mientras se va al médico para una evaluación y diagnóstico facultativo.
Antipiréticos
Los antipiréticos son medicamentos para bajar la fiebre. Este tipo de sustancia también se conoce como antitérmico o antifebril.
Se deben usar con mesura y para emergencias cuando la temperatura corporal sube por encima de los 38 grados centígrados. Sin embargo, hay que ser cuidadosos porque la fiebre es, por lo general, un síntoma y no una enfermedad en sí.
Se presenta estado febril cuando hay infecciones por virus o bacterias. En los casos virales, por lo general, se toman medidas paliativas hasta que el proceso pase. Pero, en caso de bacterias es posible que se requiera acompañar los antipiréticos con antibióticos.
En todo caso se puede tomar aspirina, paracetamol o acetaminofén para bajar la fiebre mientras se contacta al servicio sanitario, pues quien estipula qué tratamiento seguir en caso de infección es el médico.
Protectores gástricos
Los protectores gástricos son los medicamentos capaces de inhibir o neutralizar los ácidos gástricos en exceso productos de gastritis, reflujos o úlceras.
Pertenecen a este grupo el omeprazol, lansoprazol, pantoprazol, esomeprazol y rabeprazol, entre otros. Suelen suministrarse también cuando el médico receta varios medicamentos que pueden causar la llamada gastritis medicamentosa como efecto secundario y para proteger el aparato digestivo.
Antialérgicos y antihistamínicos
Los antihistamínicos o antialérgicos son medicamentos que tratan síntomas producto de alergias variadas.
Entran aquí las alergias olfativas como la congestión, secreción nasal, estornudos o la picazón de tracto respiratorio.
Pero también sirven para alergias a ciertos alimentos que al comerlos causan urticaria o erupciones cutáneas.
Son imprescindibles para cuando empieza la alergia y antes de llegar a un hospital porque los cuadros alérgicos pueden producir choques anafilácticos y hasta la muerte.
Complementos
Además de los medicamentos básicos antes mencionados que debemos tener en casa, más aún si hay niños que pueden sufrir caídas o accidentes corriendo y jugando, hay que tener:
- Algodón o gasas para limpiar heridas o taparlas antes de llegar a un hospital o centro de salud en caso de que requiera sutura.
- Agua oxigenada o alcohol para limpiar heridas pequeñas que no requieren atención médica, pero que pueden infectarse y traer consecuencias mayores.
- Banditas o apósitos para tapar pequeñas heridas que no necesitan atención médica ni suturas. Estas deben ponerse siempre después de haber lavado la herida con agua y jabón y haberlas rociado con alcohol o agua oxigenada.
- Termómetros para comprobar la temperatura en estados virales o infecciones y saber si tomar o no un medicamento antifebril o acudir a urgencias.
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